Ya está todo preparado para “bautizar a fuego” a Curioso. Así se denominaba antiguamente al herradero.
En los corrales ya están separados los machos de las hembras y los hierros al rojo vivo para comenzar con esta apasionante tarea de campo y una de las más importantes de la ganadería de bravo.
Actualmente puede herrarse a fuego en cualquier época del año, faena que siempre se realizaba en los meses fríos, es decir, de Noviembre a Marzo. Ahora, aunque sigue existiendo el problema de “la mosca” en los meses de calor y el riesgo de las heridas, producidas por los hierros y las señales, los correctos tratamientos sanitarios, hacen posible herrar en cualquier época del año. A Curioso se le “bautizo a fuego” el pasado 13 de Junio de 2015.
El año ganadero es del 1 de julio al 30 de junio, es decir, que llevaban el mismo guarismo los nacidos en octubre, que los de mayo.
El herradero se hacía antiguamente de la forma tradicional, es decir, se soltaba el becerro, se mancornaba y una vez mancornado se echaban dos o tres hombres más para sujetarlo y se tiraba al suelo al becerro. Una vez en el suelo se le realizaban todas las labores.
Actualmente esta tarea se desarrolla en el cajón de herraje. Es un habitáculo de hierro, el cual en su salida tiene un hueco para que meta la cabeza del becerro, del mismo modo tiene una palanca para atrapar todo el cuerpo del animal para que se quede inmóvil, una vez atrapada la cabeza y el cuerpo se abre uno de los los laterales del cajón ( el derecho, ya que vamos a herrar a Curioso en el lado derecho).
Ya tenemos a Curioso totalmente inmóvil, es hora de realizar todas las labores propias del herradero.
Lo primero que hacemos es quitarle los crotales de las orejas que se le pusieron al nacer para identificarlos, ya que a partir de ahora los identificaremos con el número marcado a fuego y el nuevo crotal que corresponde con el número de identificación bovina. El mayoral le hace las señales en las orejas, muesca en ambas y le coloca el nuevo crotal.
El ganadero y su familia comienzan con las marcas a fuego. Una marca es el hierro de la ganadería, que lo colocamos en la parte baja del anca, otra un número identificativo único para cada animal situado en el costillar.
Otra es el guarismo (última cifra del año ganadero en que haya nacido el becerro) que se le pone en la paletilla derecha y también le marcamos con el hierro a la agrupación a la que pertenecemos, en este caso se le marca la “U” representativa de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), este hierro se le coloca en la llana o solana.
También desparasitamos los becerros con la ayuda del veterinario que está presente en el herradero.
Una vez finalizadas todas estas tareas se le suelta al becerro. Se puede decir que a partir de este momento estos animales recién herrados ya forman parte de la ganadería, ya tienen su “carnet de identidad” personal, y ya se pueden identificar claramente solo con verles el número marcado a fuego en los costillares.
